>Desayuno en el Tip Top

by · octubre 5, 2011

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La entrada del Tip Top

Estar en el tip top me hace recordar mi niñez.  Esa donde se veía a los chicos de «Happy days», con el Fonz a la cabeza, ser felices pidiendo malteadas y hamburguesas en car services donde todo era alegría y que cada dos por tres se armaba un jolgorio con final feliz a la postre, chicas lindas a montones, alegría  a mil. Y por esos años lo más parecido a esos car services eran los locales del tip top que eran amplios y bonitos, aunque claro era la década de los  80 y con ella todo lo que implicó para el país y para nosotros.

El plato servido

Mi papá, un hombre de buen comer como yo pero con un conocimiento mucho más basto sobre el tema, nunca entendió esa fascinación televisiva que la gente de mi generación sentía por vivir de hamburguesas y malteadas.  Es más, el me decía que si no fuera por sus enseñanazas la TV iba terminar rigiendo mi vida ( y cuanta razón tuvo y cuán adelantado se encontraba), pero en fin a pesar  que me gusta el buen comer un pan con algo grasoso de vez en cuando no le hace mal a nadie (o al menos eso espero).
Hoy vine con la intención de una tiptorella, la cual si la comparamos  con un edificio, tendríamos un primer piso donde vive abundante pechuga de pollo, en el segundo viven en pecado constante el jamón y el queso, y en  la azotea hay una orgía entre el queso mozarella, el orégano y el tomate.

La limonada tradicional

Y como parece ser que en el Tip Top le tienen horror al vacío, llenan los vacíos que pudiera tener el plato con papas fritas.  En otras palabras si no tienes el metabolismo de un corredor de maratón, preparate para el atracón que te vas a meter.
Como yo pienso en mi salud me pedí una dietética limonada, la cual valgan verdades se veía mejor de lo que sabía.  Pero bueno, hablemos de la tiptorella.  Es uno de esos platos que su tamaño y opulencia intimida, si no estas con hambre voráz o estás en pleno «bajadón» (llámese al estado posterior a la ingesta de sustancias que alteran la conciencia) mejor abstente.  El sandwich es dificil comentarlo sin ser redundante, rico, un poco seco por la pechuga, grasoso.  El punto bajo fueron las papas, que si bien estaban recién hechas, el aceite que habían usado para freirlas no era el óptimo ya que tenían el clásico sabor de aceite recalentado.  Eso o lo habían frito con aceite de carro.
Ahora el local, para mi es lo mejor que tienen, amplio estacionamiento (es un car service, así que puedes quedarte en el estacionamiento a comer) las mesas distribuidas con distancias más que cómodas, y ventanales inmensos que te hacen sentir muy libre.  Tienen unas cercas vivas, que te separan excelentemente de las avenidas principales en las que se encuentra dandote la sensación de tan lejos y tan cerca.
En definitiva, un lugar que hay que visitar.

La tiptorella

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