>almorzando en "Todos vuelven"

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La sopa seca

Es sábado, hace sol, y tengo ganas de largarme de la oficina;  y cuando sucede eso automáticamente pienso en Chincha.  Está a 200 km. de mi casa, tiene bonitas playas, encuentras cachina roja o blanca (licor hecho a partir de la uvina fermentada, siendo a mi parecer más rica la blanca), guapas morenas danzantes al ritmo del cajón, pero lo mejor de todo es que es la  cuna de uno de mis platos preferidos: la sopa seca.

La sopa seca, o mancha pecho o carapulcra chinchana es uno de esos platos no apto para gente suavecita a la cual no le gusta el condimento,  porque este plato lo tiene y en grandes cantidades, eso es su marca registrada.  Encima si quieres disfrutarlo debes comerlo con salsa de rocoto, porque por alguna razón cuando pruebas la sopa seca, pareciera que el rocoto apareció en el mundo solo para acompañarla… se nota que me gusta, no?  🙂
Todo estaba pensado al milímetro, el único incoveniente era que tenía labores en la oficina y en la tarde tenía un compromiso con la familia, con lo cual mi sueño de fuga vía un viaje a Chincha quedó nuevamente postergado.  El viaje sí, pero no había razón para postergar la sopa seca.
Así es que decidí, llegada la hora de almuerzo, ir a un sitio donde la preparan bien y está relativamente cerca a la oficina.  La dirección : calle Los Negocios Nº 365 Surquillo en el restaurante «Todos vuelven».

La rica chicha morada

«Todos vuelven» es un restaurante que se nota ha crecido  a medida que han ido necesitando el espacio, pero como no vamos a venderlo por metro cuadrado vamos a lo que nos interesa.  Ellos dan una esmerada atención que junto a la buena comida que ofrecen los hacen una propuesta interesante. Atienden de lunes a viernes ofreciendo platos de  menú (que incluye entrada, plato de fondo, postre y bebida) además de los de la carta,  y los sabados solamente platos de la carta. Pero hay una particularidad adicional, y que es por la cuál vinimos aquí hoy; todos los sábados y algunos miércoles sirven sopa seca, algo que a mi parecer deberían hacer todos los días
Es así como entonces, una vez llegué y tomé posesión de la mesa, apenas se acercó la moza con la carta le dije que lo que quería era (y adivinaron) un plato de sopa seca y una jarra de chicha morada.  Ella se sorprendió que pidiera una jarra de 1 litro (y eso que estaba recatado) pero despues de ver mi determinación, trajo lo solicitado.

La sopa seca costó S/. 18.00 y la chicha morada S/.8.00. Por S/.26.00 mi sueño de fuga mental estaba  funcionando a la perfección, y vaya de qué manera!!. Puedes escoger que presa de pollo venga en tu plato, pidiendo yo mi parte favorita: la pechuga.  Para cuando llegó la tan esperada sopa seca, lo único que me repetía como mantra era «tienes que tomar la foto antes de comer»  para evitar devorarlo sin tener el registro fotográfico respectivo, así que sabrán disculpar y comprender el por qué la dichosa foto salió tan movida.

La mesa dispuesta

Vuelvo a repetir, si no te gusta la comida condimentada este plato no es para tí.  Lo que es yo estaba en la gloria, porque el sabor de los fideos sazonados con comino y aji panca con una base de pollo, mezclados con la carapulcra hecha con cerdo es lo más cercano al paraíso terrenal.  Por 25 bellos minutos nada existió más allá de mi mesa… y fue excelente.  Lo mejor de todo es que la moza siempre estaba atenta cada vez que mi vaso estaba vacío para regresarlo a donde debía estar.  Repito, muy buena atención.
Eso sí, tengan cuidado con la salsa de rocoto porque en este restaurante le ponen sal, y pueden imaginarse lo que sucede si echan mucho.
Para cuando terminé y tuve que regresar a este plano existencial donde solo importa si pagas con efectivo o tarjeta, ya era otro tranquilo y mejorado, y todo gracias a un plato mágico que es capáz de sacar mi mejor sonrisa.  Gloria a aquella mente brillante que inventó la sopa seca, aleluya, gloria, aleluya.

 PD. Lo único malo que encontré es que  la carta no tiene postres, estos solo vienen con el menú.  Creo que al menos los sábados, que no venden menú deberían animarse a hacer una carta de postres, de repente no soy el único que se anima a pedirlos 🙂

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